ELEMENTOS DE ANÁLISIS NARRATIVO
Cuando hablamos de “texto narrativo”, nos referimos a un discurso que se caracteriza por presentar una secuencia de acciones ubicadas en un espacio y un tiempo determinados. Existe una gran variedad de tipos de textos narrativos; entre los no literarios, se hallan la crónica, la noticia periodística, la carta, entre otros, mientras que entre los textos narrativos literarios, están el cuento y la novela.
Cualquiera sea la forma del texto narrativo, este tiene varios elementos a considerar, entre ellos, el tipo de narrador, el espacio narrativo y el tiempo narrativo. Analizar estos elementos nos permite una aproximación más profunda a la narración
Cualquiera sea la forma del texto narrativo, este tiene varios elementos a considerar, entre ellos, el tipo de narrador, el espacio narrativo y el tiempo narrativo. Analizar estos elementos nos permite una aproximación más profunda a la narración
TIPOS DE MUNDO NARRATIVO.
¿Te ha ocurrido que al leer una obra literaria pareciera como si te sumergieras en otro mundo? Esto ocurre porque, efectivamente, la obra literaria articula un universo autónomo, distinto del “real”, por más que se le parezca. Para ello, la literatura se vale de la palabra como instrumento.
En este otro universo, se nos presentan personajes que viven en escenarios similares o diferentes a los que conocemos. Sea como sea, lo importante es que ese mundo es posible y verosímil dentro de la obra literaria; es decir, cobra sentido por más extraño que nos parezca, pues se atiene a las leyes lógicas establecidas dentro del texto mismo. La obra literaria es, en este sentido, autónoma, es decir, se sustenta a sí misma para construir mundos imaginarios que funcionan, cada cual, según sus propias leyes.
En este otro universo, se nos presentan personajes que viven en escenarios similares o diferentes a los que conocemos. Sea como sea, lo importante es que ese mundo es posible y verosímil dentro de la obra literaria; es decir, cobra sentido por más extraño que nos parezca, pues se atiene a las leyes lógicas establecidas dentro del texto mismo. La obra literaria es, en este sentido, autónoma, es decir, se sustenta a sí misma para construir mundos imaginarios que funcionan, cada cual, según sus propias leyes.